Reciclar aceite en el rural correctamente tiene muchos beneficios en el medioambiente y en la salud. Descúbrelo todo en este post.
El aceite vegetal que usamos en casa o en establecimientos de hostelería se puede reciclar y es una práctica ecológica que beneficia de gran manera al medioambiente.
La recogida de aceite usado puede evitar que exista contaminación en los suelos y la flora de nuestros campos o perjudique las tuberías de nuestros hogares. Este último punto puede llegar a ser muy frecuente en España: se estima que al menos dos tercios de este residuo acaba en las alcantarillas, de manera que ocasiona dificultades como atascos en las tuberías o incremento de los costes de los procesos de depuración de aguas residuales. Esto aumenta el riesgo de enfermedades por microorganismos como gastroenteritis o hepatitis A, además de provocar plagas urbanas, formación de películas superficiales en mares y ríos (que afectan al intercambio de oxígeno y perjudica a los seres vivos del ecosistema), entre muchas otras consecuencias.
El aceite industrial, como el utilizado en los automóviles, tiene peores consecuencias todavía: dos litros pueden llegar a contaminar el agua de una piscina olímpica o la superficie de dos campos de fútbol. Su elevado contenido en metales pesados y su baja biodegradabilidad le convierten en una amenaza para los suelos, que pueden perder su fertilidad y para las aguas, tanto superficiales como subterráneas, donde puede perdurar hasta 15 años.
Pero entonces… ¿para qué reciclar el aceite vegetal en el rural?
Reciclar el aceite vegetal usado tiene muchas posibilidades y beneficios. Por ejemplo, por cada litro de este residuo se puede lograr un litro de un biocombustible para motores diésel. De esta forma, se evita su impacto en la naturaleza y se crea una alternativa para reducir el uso de los combustibles convencionales.
El aceite usado tiene otras muchas salidas. Industrias como la química, la cosmética o la farmacéutica se aprovechan de este residuo para elaborar abonos, barnices, cera, cremas, detergentes, jabones, lubricantes, pinturas, velas, etc.
En algunos municipios, como en Montgai (Lleida), han puesto en marcha un sistema de recogida de aceites usados para su posterior transformación en jabones. Hoy en día, los partidarios de una limpieza ecológica en el hogar utilizan este tipo de jabones o los hacen ellos mismos, con sosa cáustica que puede adquirirse en droguerías. Eso sí, conviene realizarlo con precaución porque es una sustancia muy corrosiva.
Existen sistemas que permiten reciclar el aceite vegetal usado desde casa y convertirlo en biodiésel casero, sin embargo, debido al complejo proceso y la maquinaria, materias y herramientas requeridas. Lo más fácil y seguro es acudir a contenedores urbanos o empresas especializadas en el sector, como AVS Biodiesel en el caso de Galicia, para utilizarlo con plenas garantías.